El Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y su Abolición se celebra cada año el 23 de agosto. Esta fecha fue proclamada por la UNESCO en 1998, en memoria del levantamiento de esclavos en la colonia francesa de Santo Domingo (hoy Haití y República Dominicana) la noche del 22 al 23 de agosto de 1791, que jugó un papel decisivo en la abolición del comercio transatlántico de esclavos. La conmemoración tiene como objetivo rendir homenaje a las personas que sufrieron y lucharon contra la esclavitud, así como sensibilizar sobre uno de los capítulos más oscuros de la historia humana.

Como señala la activista Angela Davis: “La historia de la esclavitud no se puede dejar atrás porque sigue viva en nuestras instituciones, en nuestras prácticas y en nuestras mentalidades. Para avanzar hacia la libertad, debemos confrontar este legado y transformarlo”. Este pensamiento subraya la importancia de las conmemoraciones como el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos, ya que permiten que la sociedad continúe cuestionando y desmantelando las estructuras heredadas de la esclavitud.

En Ecuador, esta conmemoración es un recordatorio del dolor de nuestros antepasados y un llamado a la acción continua en la lucha por la justicia y la dignidad.

La presencia de afrodescendientes en Ecuador está vinculada directamente con la trata transatlántica de esclavos donde hombres, mujeres y niños fueron traídos a la fuerza desde África para trabajar en plantaciones y minas bajo condiciones inhumanas. Aunque Ecuador abolió la esclavitud en 1851, las secuelas de esta histórica atrocidad aún persisten en la forma de racismo estructural, discriminación y pobreza que se vive en el país.

Algunas comunidades afroecuatorianas son un testimonio vivo de esta herencia forzada, pero también de la resistencia, la lucha y una cultura vibrante que ha perdurado a pesar de siglos de opresión. Este día no solo nos invita a honrar la resiliencia de quienes fueron arrancados de su territorio, sino también a señalar las profundas desigualdades que aún afectan a estas comunidades.

 A pesar de los avances en el reconocimiento de los derechos de los afrodescendientes, aún queda mucho por hacer. El acceso a la educación, la representación en los medios y la participación política de las personas afroecuatorianas siguen siendo limitados. Aunque los pueblos afroecuatorianos son una parte integral de la historia y la identidad del país, las narrativas dominantes continúan marginando y exotizando su existencia.

El Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y su Abolición no es solo una ocasión para mirar hacia atrás, sino una oportunidad para reflexionar sobre el presente. Las luchas de los esclavos que se rebelaron en la colonia francesa de Santo Domingo en 1791 no son tan diferentes de las luchas que enfrentamos hoy. Aunque las cadenas físicas han desaparecido, las cadenas invisibles del racismo y la desigualdad continúan aprisionando a muchos.

Para Ecuador, y para el mundo, esta fecha nos recuerda que la abolición no es sólo un hecho histórico, sino un proceso en marcha. Las generaciones futuras merecen un país donde su historia completa sea reconocida y las heridas de la esclavitud puedan comenzar a sanar. Para que esto suceda, debemos confrontar las injusticias contemporáneas con la misma valentía y determinación que mostraron nuestros ancestros. Este 23 de agosto debe ser más que una fecha en el calendario; debe ser un punto de inflexión en la lucha por la igualdad y la justicia para nuestros pueblos.

Prevenir las formas contemporáneas de esclavitud requiere un enfoque integral que combine la educación, la protección legal y la acción comunitaria. Aquí algunos pasos clave:

  • Es fundamental educar a las personas sobre sus derechos y sobre las formas modernas de esclavitud, como la trata de personas, el trabajo forzoso y el tráfico sexual. Programas de sensibilización pueden empoderar a las comunidades vulnerables y ayudarlas a identificar situaciones de riesgo.
  • Los gobiernos deben implementar y hacer cumplir leyes más estrictas que criminalicen todas las formas de esclavitud moderna. Esto incluye la protección de los derechos laborales.
  • Es vital proporcionar a las víctimas recursos para escapar de situaciones de explotación, como refugios seguros, asistencia legal, apoyo psicológico y programas de reintegración económica.
  • La esclavitud moderna a menudo cruza fronteras. La cooperación entre países, a través de acuerdos internacionales y el intercambio de información, es clave para prevenir la trata y proteger a las víctimas.
  •  La pobreza extrema y la falta de oportunidades económicas son causas subyacentes que empujan a las personas a situaciones vulnerables. Invertir en el desarrollo económico y la igualdad de oportunidades puede reducir significativamente el riesgo de explotación.
  • Apoyo a las Organizaciones de Base: Las organizaciones que trabajan directamente con comunidades en riesgo son esenciales en la prevención. Apoyar estos grupos, así como fortalecer los liderazgos locales, es clave para prevenir la explotación a nivel comunitario. Es un esfuerzo colectivo y continuo, en el que todos tenemos un papel que desempeñar.

Mantengamos viva la memoria, trabajemos juntos por la reparación y avancemos hacia una sociedad donde la igualdad y la justicia sean una realidad para todos. Los pueblos negros han resistido a lo largo de la historia y seguirán resistiendo hasta que habitar sus cuerpos deje de ser motivo para sufrir cualquier tipo de violencia. Resignificar y dignificar las vidas negras es el verdadero objetivo a alcanzar.

Karen T. Sandoval