En un esfuerzo por enfrentar los desafíos del cambio climático y fomentar una cultura de adaptación, el colectivo Mujeres de Asfalto se une al proyecto AdaptaClima, una iniciativa que busca reducir la vulnerabilidad ante riesgos climáticos en tres ciudades costeras de América Latina y el Caribe. AdaptaClima busca fortalecer la resiliencia de las comunidades a través de la memoria colectiva y la narración de historias.

La iniciativa de Narradores y Narradoras de Esmeraldas es fundamental en un contexto donde las comunidades costeras de América Latina y el Caribe enfrentan crecientes desafíos debido al cambio climático. Fenómenos como inundaciones, deslizamientos de tierra y flujos de lodo son cada vez más frecuentes y severos, afectando la vida y los medios de subsistencia de miles de personas.

En este escenario, la recopilación de historias y experiencias de quienes han vivido estos eventos se convierte en una herramienta crucial. No solo preserva la memoria colectiva de las comunidades, sino que también permite la transmisión de conocimientos y lecciones aprendidas a las nuevas generaciones. Estas narraciones son vitales para educar sobre la adaptación y la resiliencia, promoviendo una cultura de preparación ante futuros desastres.

Además, al involucrar a los ciudadanos en el proceso de narración y documentación, se fortalece el sentido de comunidad y se fomenta la colaboración entre vecinos. La iniciativa se sitúa, así, en el corazón de un enfoque integral para abordar los riesgos climáticos, empoderando a las comunidades para que tomen medidas proactivas en su defensa y bienestar.

Desde 2022, la iniciativa ha recogido valiosas narraciones de diversos barrios, como Propicia 2, 50 Casas, El Panecillo, 15 de marzo e Isla Luis Vargas Torres. Estas historias reflejan la fortaleza y las dificultades que enfrenta la comunidad ante eventos climáticos extremos.

Catalina Cortés, del Barrio 15 de marzo, recuerda cómo hace unos 11 años se inundó su casa. Relata: “Todo estaba lleno de lodo y mis hijas lloraban, asustadas. Les pido a mis vecinos y vecinas que no cortemos los árboles, porque ellos ayudan a que el agua no ingrese”.

En el Barrio 50 Casas, Sirila Peralta comparte un recuerdo muy difícil. En abril de 2009, llovió sin parar y el río, que se encuentra a solo 30 metros de su casa, creció rápidamente, dejando a su familia aislada y pidiendo ayuda.

Las voces de estas mujeres, junto con las de otros en El Panecillo e Isla Luis Vargas Torres, crean un relato colectivo de resiliencia. Cada historia no solo recuerda lo vivido, sino que también educa y prepara a las nuevas generaciones para enfrentar futuros desafíos.

La iniciativa de Narradores y Narradoras de Esmeraldas no solo se centra en la recopilación de historias, sino que también incluye talleres diseñados para fortalecer las habilidades narrativas y comunicacionales de los esmeraldeños. Estos espacios permiten a los participantes aprender a contar sus historias de forma efectiva, contribuyendo a la creación de una memoria cultural que ayude a prevenir futuros eventos climáticos extremos. Un total de 13 beneficiarios han participado en esta enriquecedora experiencia.

La iniciativa de Narradores y Narradoras de Esmeraldas resalta la importancia de la memoria y la colaboración comunitaria para enfrentar los retos del futuro.

Para quienes deseen conocer más sobre esta iniciativa y explorar las historias de los narradores y narradoras de Esmeraldas, los invitamos a visitar la ruta de Narradores y Narradoras en adaptaclima.org. Allí encontrarán un mapa de los barrios, un espacio dedicado a las narraciones y una trivia que celebra la historia y las vivencias de esta comunidad resiliente. También pueden seguir a AdaptaClima en sus redes sociales: en Facebook como AdaptaClima, en Instagram como @adaptaclima y en X como @Adapta_Clima

Y recordemos, a medida que el clima continúa cambiando, la resiliencia de Esmeraldas se forja en las historias de quienes la habitan. Cada narración es un paso hacia un futuro más seguro, donde la memoria no solo vive, sino que también enseña y prepara.

Samira Folleco