Cinthya Montaño De León

El 25 de julio de se conmemora el día internacional de la mujer afrodescendiente, afrocaribeña y de la diáspora en 32 países de América Latina incluido Ecuador. Esta fecha reconoce los esfuerzos que las mujeres negras en la región articulan para enfrentar el racismo, el machismo y la desigualdad, de tal manera que, como parte de un trabajo por evidenciar estos procesos de lucha y organización me fue asignada la tarea  de recopilar información estadística que permitiera evaluar la situación de las mujeres negras en Ecuador, sin embargo, me llevé un sin sabor al constatar que la información en las canales oficiales del Estado es escaza, está desactualizada o simplemente “no existe”.

Para este año 2022 la visibilidad estadística es sumamente necesaria para los países en los que la pandemia por el COVID-19 ha golpeado significativamente los hogares y los bolsillos de sus ciudadanos, pero es importante que esta información se presente de manera desagregada y no generalizada. Como por ejemplo cuando en Ecuador se estima que en el año 2021 dos de cada diez ecuatorianos y ecuatorianas cuentan con empleo pleno (ENEMDU, 2021), es decir, con todos los beneficios de ley, debido a la falta de especificidad de la información no es posible determinar cómo este indicador se refleja para las mujeres afrodescendientes en el país. De igual forma, para el sector educativo, en los niveles básicos durante el periodo 2021-2022 hubo 2.135.739 niñas matriculadas, aunque no se especifica cuantas de este grupo son afrodescendientes. (Ministerio de Educación del Ecuador, 2022).

Rosa Tejada, Activista del proceso afro en Ecuador

Es importante recordar que los derecho son de carácter progresivo y una de las herramientas que es de ayuda en términos de obtención de los mismos para los grupos históricamente excluidos son las políticas públicas, las cuales requieren que los actores de la sociedad civil se organicen y expongan el problema que desean solucionar a través de informes “técnicos” que evidencien la necesidad de intervención estatal, pero ¿Cómo hablar de la falta de oportunidades? ¿Cómo visibilizar las diferencias y la urgencia de un plan de acción por parte del Estado?. Como mujeres negras no podemos dejar de ver la violencia que golpea a nuestras familiares, amigas y compañeras de lucha; la falta de oportunidades, limitaciones económicas, estereotipos son solo algunas de las problemáticas que nos impiden hablar de la erradicación de la violencia en contra de nosotras. Pero pese a este panorama complicado no hacen falta organizaciones de sociedad civil que asumen la tarea de exponer las desigualdades desde otros lugares “no oficiales” y exigir cambios para nuestras vidas.

Nuestras necesidades no pueden esperar, las compañeras que son victimas de violencia en los territorios no pueden esperar, las madres adolescentes no pueden esperar. Es necesario que la información estadística en clave de género y etnia se produzca de manera regular porque solo así podremos evaluar el avance de nuestros procesos y potenciar nuestros recursos. El Estado debe estar de nuestro lado y proveer de las herramientas suficientes para articular nuestras luchas, ya que la erradicación del racismo y el machismo no es solo de interés de quienes, apuestan por la acción colectiva, también involucra al Estado y su compromiso de construir un país para todas, todos y todes.  

Este 25 de julio conmemoraremos los procesos y las luchas que hoy nos permiten estar donde estamos, pero también será un recordatorio de las luchas pendientes, de los nuevos desafíos y necesidades, de estos nuevos compromisos que aspiran ennegrecerlo todo para que cada vez menos mujeres negras sufran de algún tipo de violencia. Por otro lado, haremos un llamado a los gobiernos y la indiferencia con la que asumen nuestra inexistencia y demandaremos la necesidad de encontrarnos en los datos oficiales para redirigir la política pública en el país.

Amandla Medio