Hoy se cierran los primeros 10 años del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, un período que, aunque ha logrado avances significativos, no ha calado lo suficiente en la sociedad. La deuda pendiente de dignificar la vida de las y los afrodescendientes en todo el mundo sigue sin resolverse. Este año, la celebración de este Día Internacional también marca el último año del Decenio, una iniciativa de la Asamblea General de la ONU para reconocer a las personas de ascendencia africana como un grupo con identidad propia, cuyos derechos deben ser salvaguardados. Es imperativo destacar las extraordinarias contribuciones de la diáspora africana en todo el mundo y eliminar todas las formas de discriminación contra los afrodescendientes.

Los días internacionales reflejan los valores compartidos por la sociedad. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y tienen el potencial de contribuir al desarrollo y bienestar de sus comunidades. Toda doctrina de superioridad racial es científicamente falsa, moralmente condenable, socialmente injusta y peligrosa. Debe ser rechazada junto con las teorías que intentan justificar la existencia de razas humanas separadas.

Las Naciones Unidas condenan enérgicamente las prácticas violentas y el uso excesivo de la fuerza por parte de los organismos encargados de hacer cumplir la ley contra los africanos y los afrodescendientes. Asimismo, condenan el racismo estructural presente en los sistemas de justicia penal de todo el mundo. Desde el colectivo Mujeres de Asfalto, reconocemos que las mujeres, niñas y la comunidad LGBTQ+ dentro de la comunidad afrodescendiente son los grupos más precarizados y marginados por el Estado, con poca o nula representación. No podemos ignorar el perfilamiento racial en las agendas de seguridad, que sitúa al hombre negro como enemigo público.

Hoy, más que nunca, la ONU reconoce que la trata transatlántica de esclavos es uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia humana y defiende la dignidad humana y la igualdad. Como proceso de organización, incidencia y comunicación, reafirmamos nuestro compromiso de defender y proteger los derechos de las personas afrodescendientes en las Américas. Llamamos a los Estados a adoptar y fortalecer medidas en favor de la población afrodescendiente, partiendo del reconocimiento de las desigualdades históricas que este grupo étnico ha enfrentado. A dos años de que finalice el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, esta tarea no solo es urgente, sino que representa un verdadero compromiso con la democracia y la inclusión social.

Juana Francis Bone