Autora: Jaritza Marquéz

La etnoeducación es un enfoque educativo que consiste en aprender sobre nuestras raíces, nuestra cultura, nuestra lengua y nuestras tradiciones. Es saber de dónde venimos y quiénes somos, es aprender a valorar y a respetar nuestra identidad.

La etnoeducación es fundamental para preservar la identidad cultural y promover la diversidad en la comunidad. Sin embargo, en Ecuador la falta de etnoeducación ha generado un vacío en la comprensión de nuestras raíces y tradiciones. Tanta así, que solo 2% de los libros a nivel nacional tienen contenido que trata sobre la etnoeducación y nueve de cada 10 profesores no han recibido una capacitación con respecto a la etnoeducación, según datos del Proyecto “fortalecimiento de la etnoeducación afroecuatoriana” emitido en 2021 por el Ministerio de Educación en Ecuador.Como evidencia de esta ausencia tenemos reflejado el vacío etnoeducativo en el contenido académico y la capacitación del cuerpo docente en la autopercepción de los moradores de mi cantón Muisne.

 La pérdida de identidad afecta mucho a los moradores de mi cantón, no se auto-reconocen y es por la falta de conocimiento de su cultura, sus raíces, las historias y luchas de nuestros antepasados. Lo que ha logrado una desconexión con nuestras raíces.

La falta de etnoeducación nos aleja de nuestras raíces y nos impide conectar con nuestras historias y cultura. Esto ha llevado a que la juventud actual carezca de conocimiento sobre la historia y la lucha constante de las diversas culturas en una sociedad inmersa en la ignorancia, estereotipos y prejuicios.

 La ausencia de etnoeducación actúa como un muro que nos impide vernos y aceptarnos tal como somos. La sociedad nos lleva a pensar y actuar de manera diferente y a juzgarnos entre nosotros. Esto afecta nuestra vida diaria; por ejemplo, el hecho de tener una piel más clara, el cabello más suelto o vivir en otra ciudad puede llevar a la falta de auto-reconocimiento.

En una investigación realizada en mi cantón, entrevisté a 10 estudiantes de la educación nocturna. La mayoría de ellos no tenía conocimiento sobre qué es la etnoeducación, a pesar de que se imparte en las instituciones, pero no como una materia primaria; se considera una asignatura secundaria. De los 10 estudiantes, 5 no se identifican como personas negras o afrodescendientes, a pesar de serlo. Muchos se consideran mestizos, pero no tienen claro qué implica el mestizaje o qué significa ser mestizo. Además, en una encuesta realizada para saber si les gustaría conocer más sobre etnoeducación y culturas, la mayoría de los estudiantes expresó interés en aprender más.

La etnoeducación es fundamental para mi cantón porque, al aprender sobre su propia cultura, los habitantes pueden desarrollar un sentido más profundo de pertenencia y empoderamiento. Esto contribuirá a formar líderes comunitarios para las futuras generaciones y asegurará que el patrimonio cultural sea valorado y transmitido. 

Como dijo Nelson Mandela, «La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo».

Amandla Medio