Jombriel, la sangre nueva
A estas alturas, ya todxs conocemos a Jombriel. Sí, el mismo que nos ha hecho mover el cuerpo más de una vez con “Parte y Choke”, “Vitamina” y que, hace apenas unos días, apareció en la lista de Billboard Latin. Tiene solo 21 años… bueno, 22, porque hoy —5 de mayo— está de cumpleeeee.
Este pelado, nacido en pleno centro de Esme, no ha parado ni un segundo. Crecer en una tierra que históricamente ha sido marginada ya es un reto enorme: Esmeraldas carga con décadas de abandono estatal, brechas profundas en educación, salud, infraestructura y falta de oportunidades reales para su gente. Y si a eso le sumamos que la escena musical en el país siempre ha estado monopolizada por ciudades como Guayaquil y Quito, lo de Jombriel se vuelve aún más impresionante. Pero ahí está: con sus pasitos que ahora todo el mundo quiere imitar y un ritmo que contagia hasta al más serio, ha demostrado que en la tierrita hay talento de sobra, y que el futuro de la música urbana no solo está en lo local… también se proyecta a nivel global.
¿Cómo empezó todo?
Jonathan Gabriel Cedeño Romero, como le puso su mami, comenzó su carrera artística en 2020, durante la pandemia de COVID-19. A los 17 años, ya se le veía en las redes sociales tirando su verbo y demostrando su talento para el freestyle. Este pelado no se dejó frenar por la situación, sino que aprovechó el tiempo en casa para darle vida a sus ideas y seguir creando su estilo.
Su primer sencillo, fue lanzado en diciembre de 2020, marcando el inicio de su camino en la música urbana. En 2021, con solo 18 años, lanzó su primer EP titulado «La Sangre Nueva», un trabajo que ya dejaba entrever su estilo único, fusionando ritmos locales con reguetón y dancehall. Después de eso, no lo paro fue nadieeeee
De Esmeraldas para el mundo
Aunque Jombriel ya venía acumulando millones de reproducciones en YouTube y tenía a medio Ecuador coreando sus letras, fue con “Parte y Choke”, en noviembre de 2024, cuando el mundo realmente volteó a mirar al que reparte la saranana desde Esmeraldas. La canción explotó en redes, se metió en playlists de todo el continente y en marzo de 2025 llegó al #1 del Billboard Argentina Hot 100.
A principios de 2025, lanzó el remix de “Parte y Choke” junto al colombiano Ryan Castro, y un mes después se vino con “Vitamina” junto a DFZM, otro talento joven de Colombia. Y como era deesperarse se fue directo al #1 en Spotify Ecuador y Colombia, dejando atrás incluso a artistas como Bad Bunny.
Ese mismo impulso lo llevó a dar uno de sus pasos más grandes hasta ahora: firmar con Warner Music Latinoamérica, una movida que no solo confirma el alcance de su proyecto, sino que también lo mete de lleno en el juego grande de la industria musical.
Y como la cosa no para, hace apenas unos días fue incluido en la lista “On the Radar Latin” de Billboard, una selección que destaca a los artistas emergentes más prometedores de la música urbana en América Latina. Estar ahí no es cualquier logro: es como un aviso al mundo de que lo que viene con Jombriel es serio, que su flow está trascendiendo.
Y cuando todas las miradas están sobre ti, todxs hablan
Durante la segunda vuelta electoral, Jombriel fue blanco de críticas por presentarse en eventos de campaña. Las redes estallaron, y muchxs se apresuraron a desvalorizar su trabajo, como si ser artista no fuera un oficio legítimo. Pocos se tomaron el tiempo de ver el contexto o reconocer el esfuerzo que hay detrás de todo lo que ha construido.
Lo que varios pasaron por alto es que su presencia no fue sobre política partidista, sino sobre visibilidad. En un país tan dividido, él se planta con lo suyo: música que conecta, que representa, que cuenta otras historias. Porque lo que hace Jombriel no es solo para el perreo: es también identidad, comunidad y resistencia desde el ritmo.
No solo es dancehall, es identidad
Jombriel no solo hace música para bajar hasta el piso, también cuenta historias que están llenas de raíz. En “La Jama”, nos lleva a Esmeraldas con un perreo que celebra la gastronomía local, mencionando cosas como la chillangua, una hierba típica de la región, que no solo tiene sabor, sino que forma parte de la esencia de la costa.El video de “Dançalao”, por su parte, es un homenaje visual a su gente. En él vemos a personas de su barrio jugando fútbol y preparando el tapao arrecho, un plato tradicional que, más que un manjar, simboliza la lucha de las comunidades afrodescendientes por su soberanía alimentaria. En un lugar donde la comida escasea y la pobreza golpea fuerte, este platillo se convierte en un acto de resistencia, un recordatorio de que, aunque no haya mucho, lo poco que tenemos lo compartimos, lo defendemos y lo celebramos.
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