Es importante visibilizar las violencias que vivimos y atravesamos por ser mujeres que amamos a otras mujeres. Las mujeres lesbianas, bisexuales, queer y personas que habitan la feminidad vivimos discriminación por 3 razones: la misoginia, la lesbofobia – bifobia, cisgenerismo – racismo.

La misoginia hace alusión a el odio que se genera contra las mujeres por el simple hecho de habitar la feminidad, incluye a mujeres trans, toda persona que se salga de los márgenes de la feminidad hegemónica es fácilmente odiada por esta razón.

La lesbofobia y bifobia es el odio irracional ante las relaciones entre mujeres, muchas veces se llega a fetichizar estas uniones con la excusa de que las relaciones lésbicas solo deben de existir para el consumo de la mirada masculina y para su complacencia, toda relación lésbica que salga de esos márgenes es fuertemente rechazada.

El cisgenerismo – racismo, el termino cisgénero nos dice que son las personas que su identidad de genero coincide con su sexo designado al nacer, entonces si eres una persona que nació con vulva y te identificas con la feminidad eres una persona
cisgénero pero allí no acaba la cosa, la feminidad hegemónica esta abrazada a la blanquitud y mestizaje, entonces toda expresión de genero que salga de la hegemonía será razón para discriminarte.

La discriminación que vivimos como mujeres diversas es continua porque las mujeres masculinas no encajan en la feminidad hegemónica o el mundo cree que las mujeres y mujeres trans le deben feminidad al mundo exterior, es decir, si te identificas como
mujer tienes que verte completamente como una, esto refuerza el sistema binario donde no hay cabida para una expresión de genero andrógina o donde no se establezca una identidad de genero establecida dentro de los márgenes que ya conocemos entre lo masculino y lo femenino.

La discriminación hacia mujeres lesbianas, bisexuales o feminidades que se relacionan entre sí es una amenaza para el patriarcado – capitalismo – racismo por muchas razones:

  • No hay garantía de reproducción por lo tanto no hay mano de obra barata para el sistema.
  • Las mujeres vistas como responsables de los cuidados de los hogares entonces serian una perdida para lo masculino, que ellas decidan dar sus roles de atención y cuidado para otras mujeres.
  • Las mujeres afrodescendientes, indígenas y de otra identidad étnica, no consideradas como mujeres a lo largo de la historia sería una revelación ante el sistema poder elegir con quien relacionarse, que sean otras mujeres.
  • La monogamia para seguir preservando los bienes de la familia y como único modelo amatorio para encajar en el modelo relacional heterosexual.

Otra situación de la cual también se tiene que ir hablando en los espacios LGBT es la hegemonía que tenemos de las parejas homosexuales, es decir, cuando pensamos en una pareja homosexual se nos viene a la mente dos hombres blancos encajados en la masculinidad hegemónica, no se perciben, ni se difunden las relaciones entre hombres indígenas, afrodescendientes, ni de otra identidad étnica.

Así mismo ocurre en las relaciones lésbicas se cree que es para mujeres hegemónicas cuando no es el único modelo, cuestionarnos sobre nuestros gustos y atracciones también es un paso para cambiar lo que se nos ha ido instaurando hasta el tuétano.
¿Por qué nos gusta lo que nos gusta? ¿De qué nos sirve nombrarnos desde la diversidad sexo genérica si al final vamos a seguir relacionándonos con los postulados de la heterosexualidad (entendiéndose como un sistema de opresión, no como una orientación sexual)?

Al final la hegemonía y el simbolismo es un gran pilar para seguir sosteniendo una cultura violenta, con esto quiero concluir que: lo LGBT no esta separado de una lectura anticlasista, antirracista y antipatriarcal, nuestros gustos y atracciones tienen que ser
cuestionados, las personas heterosexuales tienen que ir rompiendo el pacto de la normatividad para crear espacios seguros para la diversidad, revolucionar nuestros afectos desde nuestra orientación relacional.

Les comparto una frase de las compañeras lesbianas argentinas que me encanta y dice así: «Hacete torta que la vida es corta«.