¿El círculo de la violencia en relaciones heterosexuales es igual al círculo de la violencia lésbica?
El círculo de la violencia fue un término y teoría creada por Leonor Walker incluye las siguientes etapas: acumulación de tensión, agresión, arrepentimiento y luna de miel. Para realizar este análisis hay que partir de la raíz de lo que conlleva ser ‘mujeres’ o socializadas para alcanzar esa etiqueta, la socialización de ser mujeres nos lleva a una violencia más psicológica – emocional que física, sin embargo, no exime esto a que no exista violencia física en relaciones lésbicas porque sí las hay. En una relación lésbica el círculo de la violencia puede verse con las siguientes etapas: Discusión, Culpabilización – Victimización, Agresión, Disculpa con manipulación, enaltecimiento a la víctima y aparente calma.
En la etapa de la discusión existe cualquier malentendido o una cuestión absurda que desencadena la discusión, aquí puede ser algo cotidiano como mover una cosa de un sitio momentáneamente, esos pequeños cambios para quien ejerce el rol violento, ya es una razón para ir acumulando ira. Esto no lo comunica la persona agresora porque quiere tener razones para luego ‘explotar’.
También está la etapa de Culpabilización – Victimización, aquí tenemos que recordar la socialización de ser mujeres, principalmente las mujeres blancas mestizas nuestras formas de violentar es a través de la manipulación entonces en esta etapa la mujer agresora responsabiliza a la víctima de su mal humor (nula gestión emocional) frente a la ira o la frustración, se pueden escuchar muchas expresiones como: No quiero discutir de esto, pero a ti te gusta crear peleas, son expresiones que en general sirven para evadir la responsabilidad de sus actos, por parte de la agresora. A la vez podemos categorizar esto como disonancia cognitiva, las victimarias lo que hacen es crear disonancia cognitiva y gaslighting para sostener sus violencias.
La disonancia cognitiva es ese discurso de porque te amo te pego, es decir, dicen una cosa y hacen otra completamente diferente, también está el no quiero discutir, pero mira como lo provocas, cuando evidentemente ha sido la agresora. Y el gaslighting sirve para alterar la subjetividad de la víctima para que ella empiece a dudar de los recuerdos que tiene de como pasaron las cosas.
En la etapa de agresión puede como no puede existir agresión física con la finalidad de afianzar la violencia por parte de la agresora, es una herramienta coercitiva para aleccionar que tiene el poder sobre la víctima.
Seguimos a la siguiente etapa que es la de disculparse con manipulación, estas disculpas siempre responsabilizan a la víctima de la discusión que se ha desatado y puede verse u oírse de la siguiente manera: Disculpa, pero tienes que admitir que tu empezaste la discusión, no hubiésemos discutido si tu te hubieras comportado de tal forma.
La etapa de enaltecer a la víctima, es decir, decirle lo bonita que es, lo tanto que la ama, luego de horas y horas de discusión porque eso también sucede, como mujeres bajo esta socialización no aceptamos las pausas en las discusiones cuando son completamente necesarias y, al contrario, se lucha porque se quiere solucionarlo en el momento que se desata el desacuerdo. Bajo el efecto de enojo, nuestro cuerpo está en modo supervivencia y obvio ve a la otra como una amenaza que hay que aniquilar, eso es muy animal porque somos animales, entonces las discusiones lésbicas muchas veces duran demasiado tiempo, ¿para qué? Para sacar nada y muchas veces tiene el fin de herir a la otra. Entonces en esta etapa es como una pequeña luna de miel, recordándole la agresora, a la víctima del por qué elige estar con ella y suenan expresiones así: Si yo te amo, como crees que yo te pueda hacer daño, Recuerdas cuando nos conocimos todo era diferente será diferente, admiro tu forma de hacer tal cosa, etc.
El affidamento es un término creado por las feministas radicales de la diferencia para definir la admiración entre dos mujeres, en estas sociedades europeas lo que ocurría es que una mujer adulta y una mujer joven llegaban a convivir a partir de esta admiración pero no existía encuentros sexuales entre ellas, lo que resaltaba de estas convivencias era el cuidado mutuo, el servicio mutuo y un espacio donde la mujer adulta le enseñaba toda su sabiduría a la joven y había esta admiración entre ambas, estos acercamientos en la actualidad y en este contexto de violencia puede fortalecer el círculo de la violencia.
Por último, la aparente calma, en donde hay ausencia de discusiones, pero esto solo refuerza la continuidad del trauma.
Este 25 de noviembre espero que las lesbianas, bisexuales, queer y personas que habitan las disidencias sexo genéricas nos cuestionemos desde qué modelo amatorio nos estamos relacionando, el cambio empieza por una misma, cuestionándonos en comunidad nuestros desaciertos al momento de relacionarnos con otras mujeres.
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